Dejame llevarte hacia donde voy… : Pato da Cunha

Cada aroma es un momento, un lugar. ¿No te pasa? cuando olés algo automáticamente te transportas a ese lugar virtual donde todo se hace presente (Guauu! Me levante poética).

Es que sí, me sucede cuando huelo a lavanda es imposible no recordar las tardes con mi abuela en Montevideo y si huelo a jazmín el verano entra de sopetón a mi cabeza.

Por eso me gusta “recrear” en mi casa o en mi taller sensaciones agradables que me ayuden a crear, a relajarme, arrancar el día y meterle buena vibra con un detallecito.

No es nada raro verme durante el día dejando estas notas de perfume, combinarlo con mucha luz del sol y buena música.

Un pasito adelante y el día cambia.

Fue, pensando en todas estas cosas, que me decidí a tener siempre a mano, para mí y para mis amigos, lindos aromas.

Rincón amado de mi casa, libros, colores y aroma a lima.

La mesa, infaltables flores frescas.

Muchos hablan de aromaterapia, no es mi terreno claro está, por lo que tocando de oído y guiada a puro sentimiento, me asesoré con los que sí saben de estas cosas para crear una línea propia y edición limitada de aromas textiles y ambientales.

Resultado de esta experimentación, a continuación:

Violetas, que huele a todas las flores de este color que tenía mi abuela en su casa. Con alto porcentaje de lavanda, ayuda a bajar el mambo y el stress.

Budha, fuerte y potente, mezclas de maderas de oriente y esencias cítricas equilibra mente y emoción.

Lima, es como una linda mañana de otoño con sol, la ansiedad se queda afuera de la casa.

Jazmín, es caminar descalzo por el pasto, autoconfianza sos bienvenida.

Melón, es el sexy de los aromas (guiño de ojo, guiño de ojo)

Miel, todo fluye, todo es dulce como la miel, todo sale. Creatividad y apertura de sentidos.

Cardo, refrescante como pocos. Es como la lluvia de verano que baja el calor mortal de la tarde.